"Lejos de la orilla"

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"Lejos de la orilla" no es un documental en el sentido convencional, tampoco es un corto, es una obra con equilibrio entre ambos, que presta su marco a una mirada en el espejo de cuatro personas, el mismo en que nos podemos tener que mirar nosotros una mañana para reflexionar sobre los logros y objetivos de nuestra vida, si sabemos que debemos emigrar. Sin entrevistas formales, sin sentimentalismos y narrado por los protagonistas accidentales.

Javier y Asier presentando sus trabajos.

El pasado 3 de abril de 2014 se presentó en el Centro Joaquín Roncal, de la antigua Caja Inmaculada, en Zaragoza, este documental, dirigido por Javier Sanz, para la organización Médicos del mundo. Ésta actúa en países del primer o tercer mundo, en el ámbito de la salud con las poblaciones en situación difícil, a veces tras las emergencias atendidas por M.S.F.

Fotograma de Lejos de la orilla

Ser mujer en el mundo es, en gran parte de él, una dura prueba vital tras otra. Las dos protagonistas, nacidas en culturas diferentes, la africana y la antillana, nos demuestran que para ser persona hay que librarse en primer lugar de ser mujer, algo que puede sonar contradictorio o incluso retrógrado en una cultura occidental que se pretende igualitaria, como la europea actual. Pero no tenemos que mirar muchos siglos atrás en nuestra sociedad para vernos reflejados en los problemas generados por el machismo indolente, de parejas destructivas, maridos no elegidos, dictadores en una relación manipulada y amparada por la religión y la cultura... Muchas mujeres serán despreciadas por intentar realizarse trabajando, por no querer ser mantenidas o ayudar a los padres, por querer ser tratadas con respeto o ser la única mujer en la vida de su pareja... La mujer africana nos decía con todo el sentido "Aunque soy mujer, soy persona". Nada menos.

Ser hombre en el mundo es, en gran parte de él, una dura prueba vital tras otra. Los dos protagonistas, provenientes del África negra, nos ponen ante el contrasentido de hallar a dos emprendedores, personas autónomas en sus lugares de origen, que se sintieron hombres felices cuando consiguieron papeles para venir hace años a España. Pero hoy representan el papel de parias en una España en crisis económica. Extrañamente aún es para ellos una balsa de la que no pueden saltar, sujetos en parte por una sociedad hipócrita que los necesita para rellenar estas soledades creadas por la demografía, el clima y los empleos de bajo perfil, e incomprendidos si volviesen a un lugar del que muchos otros miles de compatriotas quieren salir.

¿No te sientes afortunado?

A los cuatro protagonistas se les debe un agradecimiento por resucitar ante nosotros lo vivido en carne viva, por tener la dignidad de contarlo, de desnudar sus sueños, sus impotencias, desengaños, errores..., Y aún así, pudiendo sufrir mucho tiempo la falta de esperanza, nos admira su pasión vital por rearmarse, levantarse y volver a intentar vivir con dignidad. Gracias por acercarse a nuestras vidas (esas que muchos no les permitiríamos conocer) de una manera verdadera y sincera. Porque aunque, protegidos en nuestra butaca, tras la barrera de nuestras gafas culturales, somos nosotros los únicos que creemos asomarnos a sus vidas, a medida que vemos esta obra documental, nos veremos retratados en sus encuentros con esta sociedad: con sus indiferentes, con sus irrespetuosos, con su policía, con los solidarios organizados, o con esas mujeres u hombres anónimos que un día gris dejaron de lado el color y ayudándoles desinteresadamente les abrieron a una nueva primavera en sus vidas.

Gracias debemos también a "Médicos del mundo" y otras organizaciones, por su conciencia de los problemas cercanos, de los que viven entre nosotros, entre los que paseamos sin pensar en su día a día, su noche a noche, que conviven con la soledad, aislados por un foso cultural que sólo está en los prejuicios de nuestra sociedad de acogida y en los de su sociedad de partida. Ambas con defectos graves que debemos destruir, generación tras generación, con educación y conocimiento mutuo, como el que proporcionan estas organizaciones o este documental.

Una reflexión sobre las raíces del problema

No todas las reflexiones que podemos hacer son positivas o esperanzadoras.
Visionar esta obra nos tiende un puente sincero hacia a personas de otras culturas, en las que vemos, ni más ni menos, que nuestros propios anhelos de libertad personal, aprendizaje, trabajo, prosperidad, seguridad y formación y cuidado de la familia. Quizá algún lector crea que esa es una relación de "Derechos" que alguien (quizá el Estado) nos deba garantizar... ¡iluso! Es una declaración de "obligaciones" por las que pelear en gran parte del mundo, una obligación para con nosotros mismos o nuestros hijos; anhelos conseguidos ya por los acunados por la prosperidad y que nos olvidamos de agradecer lo suficiente.

El documental de Javier Sanz no se adentra en las génesis socio-políticas que han llevado a millones de personas de medio mundo a estar condenados a no prosperar en sus tierras de origen (hubiera estado fuera de lugar). Pero aquí sí podemos poner de nuestra experiencia. Varios protagonistas han crecido en sociedades fallidas, fallidas por inoperancia de sus políticos, por herencias de guerras, por ser sociedades que asumen la corrupción, por existir presión social para aceptar la desigualdad consuetudinaria, por crecer en lugares donde ser lógico y pedir respeto es locura o sueño, o incluso blasfemo. Por ello, creo que podemos y necesitamos acoger inmigrantes, pero hay que legislar para no dejar reconstruir modelos familiares y sociales claramente primigenios, anteriores a la declaración de los derechos humanos.

Por todo ello, muchos han de marchar, tenían que hacerlo. También lo hicieron muchos españoles desde el siglo XIX hasta el XX por similares razones, huyendo de una pobreza, un control y una sociedad con muchos de esos defectos a la sazón. ¿Y acaso muchos de estos españoles emigrantes no hallaron sociedades mejores, más libres y prósperas, y a pesar de la añoranza se integraron para siempre? En ese proceso está ahora España. Creo que no se puede descartar que, poco a poco, una sociedad del bienestar se pueda degradar de nuevo a esos o similares niveles, por permitir un retroceso en esos valores de ética y control de los representantes y del erario.

El documental

Perfectamente medido el tiempo, el ritmo, tras poco más de 50 minutos de historia se tiene la sensación de haber convivido mucho más con estas cuatro personas. Se agradece poderles ver y escuchar sin imágenes retorcidas en torbellino, (en esa especie de borrachera en que otros directores hubieran envuelto estas historias en una estructura de vídeo clip).

Muy bonita fotografía, ya sea entre esos matorrales secos, en esos barrancos de aguas agotadas, en las ruinas de pueblos inundados por la sangre de guerras cercanas, o en espacios abiertos a ibéricas lontananzas.

Soledades   Fotografías de la exposición.

Es especial este documental, tanto por su valor como memoria de las migraciones humanas, como por poder sentir el choque de ver a esas personas buscando el futuro en paisajes ásperos que reconocemos como propios, nuestras estepas ibéricas, nuestras riberas, que (premonitoriamente) podían pasar por africanas, y que los nativos abandonamos por un horizonte mejor.

Muy buena labor de montaje, que yuxtapone las mismas etapas de cada viaje vital para llegar hasta el mismo día de hoy de forma fluida.

Para mí, con una insignificante experiencia en contacto con personas con dificultades, y a pesar de haber visto realidades similares en otros documentales o películas, ha tenido un significado intenso. Pienso y rememoro los detalles que han contando de sus cuatro existencias estos protagonistas de una constante de la humanidad, la migración.

La presentación

Aspecto del salón de proyecciones de CAI

Más de 150 personas tuvieron la oportunidad de asistir a este documental dirigido por Javier Sanz Aznar, en el Centro Joaquín Roncal (en dos visionados, porque la sala de proyección quedó pequeña para la demanda que hubo). Él nos deseaba que este proyecto gustase a los asistentes en su conjunto, y ciertamente que fue así. Si tienes oportunidad, creo que no te arrepentirás de verlo, y seguramente desees volver a visionarlo.

Javier junto a los protagonistas de este documental de Médicos del mundo

Con él estaba Asier Alkorta presentando el documental, y después la exposición fotográfica de este último, en la planta 2 del mismo centro, con bonitas fotos de gran formato. En la elección de los exteriores se plasman bien en este trabajo sus raíces aragonesas, ya que vimos, entre ellos: las Bardenas Reales, el embalse de Mezalocha, los aguarales de Valpalmas, Belchite viejo... La puedes ver del 3 al 26 de abril de 2014.

Y como traídos por un viento lejano y silencioso, allí estaban entre nosotros los cuatro protagonistas, cercanos, dicharacheros, brillantes, con mensajes que transmitir, en un español esforzado y florido (a veces más rico o con más contenido que el de los nativos adulterados por la acidia). Una gran experiencia.

Mariama nacida en Gambia, Abdoulaye nacido en Senegal, Amadou nacido nacido en Senegal, Rahisy nacida en República Dominicana. Personas agradecidas que se sienten esta tarde afortunadas, con mirada franca, creyentes, a pesar de sus penurias, en un dios al que le perdonan todo, por tener ahora una techumbre, un trabajo legal que les dignifica, quizá la caricia cercana de una abuela prestada que cuida al hijo, una esperanza de visitar su país de origen sin pintar en la cara la humillación de la retirada. Hoy en día colaboran en algunos proyectos de "Médicos del mundo" para desterrar creencias culturales, como la ablación del clítoris a las niñas.

Un mínimo avance de este y otros trabajos de Javier Sanz los puedes ver en: http://vimeo.com/javiersanz/videos

Una excelente selección de fotografías de Alkorta: https://www.flickr.com/photos/27926333@N00/

Si quieres saber más sobre la organización Médicos del mundo:
https://www.facebook.com/medicosdelmundoaragon
o http://www.medicosdelmundo.org/

4/4/2014

Por Fco. Javier Lozano