El lunes día 31 de octubre de 2016, a pesar de que muchos vecinos no tenían puente, la Asociación del Hocino de Blesa, con mucha ilusión propuso hacer una excursión a los montes cercanos de Blesa para recolectar bellotas de Carrasca (Quercus Alba) y Coscoja (Quercus Coccifera). Nos reunimos en la plaza de la iglesia unas 16 personas que fuimos en coche a unos montes a la izquierda de la carretera dirección a Las Ventas en el término de Muniesa.
Aparcamos los coches en un tramo de carretera abandonado donde dimos una breve explicación de los tipos de árboles cuyo fruto es la bellota y de nombre científico Quercus. (En nuestros montes tenemos la Carrasca llamada también Encina y la Coscoja).
Aprendimos a distinguirlas, la Carrasca tiene forma de árbol y el envés de sus hojas es grisáceo y la Coscoja tiene forma de arbusto más achaparrado y sus hojas son de color verde intenso y más puntiagudas. La bellota de la Carrasca tiene el capuchón menos rugoso que el de la Coscoja que incluso llega a ser pinchudo.
Disfrutamos mucho andando entre los árboles, pero la sequía de estos meses (desde mayo apenas había llovido) había provocado que no hubiera casi bellotas y las pocas que encontramos eran pequeñas o estaban secas. Aprovechamos un mirador con vistas al término de Blesa para almorzar. Dimos una “clase teórico-práctica” de cómo usar el mapa y la brújula para localizar las zonas más visibles... Estábamos muy cerca de los límites del término de Blesa y aunque la calima no dejaba ver con nitidez, pudimos reconocer la ermita de Sanchet, las repoblaciones de pino de Caña Vellida y Caña Marín, los montes de Huesa y la Sierra de Herrera y los pueblos cercanos. Unos pequeños montes impedían ver el pueblo de Blesa.
De regreso, fuimos a la Carrasca de Blesa, con la esperanza de conseguir más y mejores bellotas. Aunque las que encontramos eran mayores, también habían sufrido la sequía. Tuvimos la suerte de encontrarnos allí a Andrés Castro, que nos explicó que cuanto más maduro sea el árbol, mejores bellotas produce y que existen dos tipos de Carrasca, la que da bellotas amargas y las dulces. Estas bellotas son dulces y sirven para dar de comer a sus ovejas y otros animales salvajes (jabalíes, tejón...). Para finalizar la mañana nos hicimos fotos con él, sus perros, ovejas y burro al que nos subimos unos pocos valientes...
Ya por la tarde en las escuelas nos juntamos unas 20 personas entre jóvenes y adultos para realizar el taller de germinación de bellotas. Las pusimos en un balde de agua para quitar las bellotas malas (hay que dejarlas varias horas para desechar las bellotas que floten) pero como no teníamos tanto tiempo, fuimos seleccionando las que estaban en el fondo (las más pesadas y sanas). Pusimos una bellota envuelta en algodón en cada vasito reciclado de flan y la empapamos en agua.
Cada uno nos hicimos responsables de mantener nuestros vasitos con las bellotas... esperaremos entre dos o tres meses a que salga la raíz, momento en el que los plantaremos en esos mismos vasos o en maceta con tierra de cultivo. El objetivo es llevarlas al pueblo en el día del árbol para que todos las veamos y reguemos. Ojala dentro de unos años las veamos en nuestros montes...
Estamos muy satisfechos con la experiencia ya que no solo se trata de un taller educativo sino de sensibilizar a los nuestros (niños y mayores) en el mantenimiento de nuestras especies autóctonas. Y si la sequía nos lo permite... seguiremos repitiéndolo los próximos años.
Por David Lasheras Fotografías: Ana Lozano/David Lasheras.