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Vemos en el control de lluvias de la CHE que el pasado 29 llovieron 3,2 litros por metro cuadrado (en el medidor de la presa de Huesa). Las otras lluvias destacables en todo enero fueron otros 2,2, el 19 de enero o los 14,4 en la víspera de la fiesta de Reyes. Las últimas lluvias han hecho bajar agua por el río Aguasvivas, que estaba limpio y precioso.
Lo que esta cantidad de agua es poca para los nacientes cultivos de cereales. Como no llueva mucho más peligra la futura cosecha.
Tampoco los almendros tienen buen pronóstico este año. La falta de fríos en el comienzo del invierno, incluso con temperaturas templadas, está engañando a estos y otros árboles, que comienzan a florecer.
Pero, por mucho que comencemos a comprobar de verdad un cambio climático, algún día tendrá que hacer una incursión en España el general Invierno, y entonces será el fin de esta extemporánea florada.
Y siguiendo con árboles, incluso los sufridos pinos, que se han plantando en sucesivas campañas invernales, tienen el futuro asegurado. No les importa crecer con lentitud, por no haber lluvias regulares, pero otro tema es que se los coman las orugas poco a poco. Algunos de los pinos que ya tenían casi un metro de altura, plantados en la cuesta Roya, están casi secos. En otros campos aún están verdes.
Con las durezas típicas del frío invierno, el ecosistema reducía el número de insectos y otros artrópodos de una forma natural. Pero si el tiempo sigue tan benigno, quizá muchísimos de ellos estén vivos pronto para reproducirse y buscar comida.