Publicación: Última actualización: 5 de octubre de 2025
Blesa (Teruel, España)
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15 de octubre de 1925
La Voz de Aragón
A FESTIVIDAD DEL DÍA 12 HA SIDO GRADIOSA.
Con gran solemnidad se ha cebrado la festividad del día 12, en honor de nuestra Patrona, festividad de la Raza y también festejar el triunfo de nuestro Ejército en Marruecos.
Al amanecer el día, un coro de devotos, siguiendo la tradicional costumbre, recorrió la localidad cantando el Rosario de la aurora.
Al toque de oración, el repique y volteo de campanas anuncia la solemnidad del día.
A las nueve de la mañana, salió de la parroquial una procesión con banderas y estandartes, dirigiéndose a la ermita de nuestra Señora del Pilar. Con la asistencia de numerosos fieles, autoridades, corporación municipal en pleno, presidida por el alcalde Felipe Bartolo; facultativos señores Gómez, Lázaro y Agustín, médico, farmacéutico y veterinario, respectivamente; el cabo del
Somatén, señor Llort y el subcabo señor Celma; el juez municipal don Tomás Artigas; el fiscal don Antonio Martín; niños y niñas de las escuelas nacionales con los maestros; cofradías. Aun siendo la ermita espaciosa, más de un centenar de fieles se quedó fuera del templo.
Se celebró la misa solemnemente, cantada por un coro de fieles, oficiando el párroco
don Melitón Beltrán.
El mismo señor se encargó de la oración sagrada, que fue un brillante discurso para conmemorar la fiesta de la Raza.
Hizo un bosquejo de los hechos culminantes de nuestros antepasados, haciendo historia desde Palafóx hasta nuestros días con el triunfo de nuestros ejércitos.
Recuerda nuestros sitios de Zaragoza, donde vencimos a Napoleón; batallas gloriosas obtenidas después, siendo de los héroes representación genuina los valientes soldados del Infante, y un aragonés, el general Sanjurjo, la figura que enorgullece a todos por ser el continuador de las glorias que inició el general Palafox.
Raza de héroes es Aragón, pero también de sabios en las ciencias, artes y letras.
El señor Beltrán fue felicitadísimo.
Por la tarde, rosario general con brillantez y asistencia tan extraordinarias que pocas veces se han conocido.
Esta fiesta institucional, patriótica que tuvo lugar el 12 de octubre de 1925 en Blesa, ocurrió en un contexto bélico muy concreto. Cuatro años antes, en el verano de 1921 había tenido lugar la gran derrota militar y matanza de soldados del desastre de Annual en el norte de Marruecos. Aquel desastre inútil podría haber conllevado una grave crisis para la monarquía de Alfonso XIII y el sistema de la Restauración, lo que se atajó en septiembre de 1923 con el golpe militar de Primo de Rivera. Ahí entra en la historia el homenajeado en Blesa, el general José Sanjurjo.
Cometió un error el corresponsal Celma o el cura, D. Melitón Beltrán, al decir de él que era aragonés; no lo era, era navarro, hijo de un coronel que murió en la tercera guerra carlista, combatiendo por Carlos de Borbón.
Aunque José Sanjurgo había participado en las guerras de Marruecos desde 1909, no será hasta después del desastre de Annual, con reconquista del territorio perdido en Melilla que alcanzó el grado de general de División. Sanjurjo sería poco después gobernador militar de Zaragoza, y cuando Primo de Rivera dio un golpe de estado en septiembre de 1923 apoyó sin reservas la sublevación y la posterior dictadura.
Pero la guerra del Rif (la segunda guerra de Marruecos) no terminaba. El líder de las kabilas del rifeños, Abd el-Krim había aprendido muy bien a como combatir al ejército español. Nuevos ataques de Abd el-Krim obligaron más tarde un nuevo repliegue español a las zonas de Tetuán, Ceuta y Melilla. Tras tantos éxitos Abd el-Krim cometería un error estratégico, atacó la zona francesa del protectorado de Marruecos. Tras ello, las dos potencias europeas se ponen de acuerdo en acabar en este foco de insurrección en Marruecos.
En 1925, el dictador Miguel Primo de Rivera nombró al general Sanjurjo jefe de operaciones del desembarco de Alhucemas, donde el ejército expedicionario bajo su mando (y apoyo naval francés) consiguió una importante victoria. El 8 de septiembre se inició el desembarco de 13.000 hombres que durante todo el mes fueron tomando la zona pese a los ataques de artillería de los rifeños. La operación fue un gran éxito.
En ese contexto de euforia patriótica es cuando, en esas semanas, es cuando tuvo lugar la altisonante crónica de una jornada eminentemente religiosa en Blesa, los hiperbólicos discursos de mosén Beltrán, agrandando las recientes victorias y olvidando las trágicas y no muy lejanas derrotas del ejército español. Una España despojada de todas sus antiguas colonias y virreinatos se vanagloriaba de su pasado previo, hacía propaganda de una muy discutible raza y andaba por la historia con las muletas de unas referencias al idealizado general Palafox, de actuación discutible.
Ciertamente, el desembarco de Alhucemas fue el comienzo del fin de la república rifeña ya que "desde la primavera de 1926, se ejecutaron las operaciones que determinaron la derrota de Abd el-Krim y la ocupación y pacificación total de la zona española del Protectorado".
Las fiestas relativas a la guerra de Marruecos
Esta fiesta o día de la raza se celebró por vez primera en 1914. No fue la única fiesta celebrada en Blesa y otros lugares de España con motivo de esta guerra. Se institucionalizaron otras como la fiesta de la Paz y homenaje al Ejército (1927), cuando se hizo un homenaje a los hijos de Blesa que lucharon en la guerra de Marruecos.
La ermita del Pilar
La ermita de la virgen del Pilar donde la celebraron es la hoy en día ruinosa junto al cementerio de Blesa. Se terminó completamente en 1917.